A la hora de crearnos una cuenta en cualquier red social, asumimos una serie de condiciones, como aceptar que tus publicaciones puedan ser reenviadas por y a cualquier persona. No obstante, existen ajustes que incrementan la privacidad, ya que es posible elegir a los usuarios que queremos que visualicen nuestro contenido diario. Asimismo, estamos en nuestro derecho de bloquear a cualquiera que no queremos que lo vea. El gran dilema que surge con este tema que amenaza a muchos jóvenes y adultos es ¿Se puede conseguir privacidad en las redes sociales? En mi opinión, no completamente, pero sí es cierto que la privacidad en este tipo de aplicaciones depende, en gran parte, de los límites que establezcamos para nuestros seguidores.

Por una parte, todos los usuarios contamos con un extenso abanico de ajustes, entre los cuales podemos encontrar muchas opciones para hacer más segura nuestra cuenta. Los desconocidos no serán capaces de acceder a nuestra vida si nosotros no lo permitimos. También es cierto que muchas personas no son conscientes del daño que la difusión de tus fotografías y vídeos puede causar en tu vida social, pues esto puede ser compartido con todo el país e incluso con todo el mundo.

Por otra parte, aunque no es muy frecuente en adultos, si son muchos los jóvenes que cada día entablan relaciones afectivas por internet, ya sea por las propias redes sociales, en cualquier página web o incluso en un videojuego. Estas personas, que a simple vista podemos considerar de confianza, pueden resultar ser una farsa. Es decir, quien te dice ser un niño de tan solo trece años y llamarse Pedro, es probable que ni se llame Pedro ni tenga trece años. De esto se aprovechan un gran número de personas, utilizan el anonimato en las redes para inventarse una identidad y acercarse a un grupo específico con el fin de aprovecharse económicamente o de alguna otra manera.

En conclusión, a pesar de existir numerosas posibilidades de vulnerar nuestra intimidad, me mantengo en mi postura de que la privacidad en las redes sociales está ligada a la accesibilidad que tengan las personas a nosotros, pues si aprendemos a no confías en nadie dentro de las redes y ajustar las cuentas para que, solo quienes nosotros queramos, puedan acceder al contenido que subimos, no tendremos el miedo de ser espiados desde las sombras. Sí se puede conseguir privacidad, pero de forma parcial en las redes sociales.