Ferrer Collado, Daniela

Todos estamos de acuerdo en que nuestros padres siempre van a querer lo mejor para nosotros, pero no siempre lo que ellos crean que nos conviene es lo que nos hace felices. Muchas veces solemos tener miedo o preocupación por hacer algo que a nuestros padres les disguste, pero debemos cambiar el miedo por la reflexión, el diálogo o la comprensión. Solo así avanzaremos.

En primer lugar, quisiera hablar desde mi experiencia personal; empecé queriendo estudiar medicina y mis padres estaban muy orgullosos de ello. Conforme iba pasando el curso, me di cuenta de que llegar a estudiar esa carrera, era más sacrificado de lo que yo pensaba y decidí optar por otro grado de la misma rama. Cuando decidí comentárselo a mis padres, les cambió la cara por completo y les dio por pensar que eso significaba que no quería estudiar más. Al cabo de unas horas reflexionaron y me hicieron saber que estaban orgullosos de mí y que tenía que hacer única y exclusivamente lo que me hiciera feliz, debido a que no por estudiar una carrera que se encuentre con la nota más alta, voy a ser mejor. Cada persona da lo mejor de sí misma si hace lo que le gusta y le hace feliz.

En segundo lugar, está bien que nuestros padres nos aconsejen, nos guíen y quieran lo mejor para nosotros, pero no nos pueden hacer sentir obligados a elegir nuestro futuro en relación a lo que ellos quieren que seamos. En ese caso, no seríamos fieles a nosotros mismos ni a nuestros deseos y objetivos, y sería como vivir en una especie de cárcel que nosotros mismos nos hemos forjado por no tomar la iniciativa de elegir.

En tercer lugar, creo que los padres deberían ser cautos a la hora de expresar su opinión en relación a los estudios de sus hijos, porque puede condicionar mucho a sus hijos y hacer que den marcha atrás a la hora de elegir sus preferencias académicas.

Para concluir, es evidente que los padres están a nuestro lado para ayudarnos y no para obligarnos a seguir un camino el cual no nos haga felices. Sea cual sea la elección, les guste a ellos o no, deberían apoyarnos siempre y cuando sea lo que queramos hacer.