La crítica a las conversaciones triviales del día a día es abiertamente ofrecida en este texto informativo titulado “Ascensor”. El autor o autora señala la impertinencia de las personas que no son relevantes o que no aportan nada a nuestras vidas a la hora de preguntar acerca de cuestiones políticas o actuales con tal de crear polémica. Se trata, pues, de un tema que no podría estar más a la orden del día en una sociedad en la que la gente es tan superficial.

    No puedo estar más a favor con la iniciativa mencionada en el texto. El proyecto “End Small Talk” (https://www.endsmalltalk.org/) creado por Lyne Ismail y Farah Bushmaq propone convertir las conversaciones del día a día en conversaciones acerca del sentido de la vida o el universo entre otras. Me resulta fascinante que dos mujeres jóvenes luchen contra la intransigencia y superficialidad del día a día y que opten por la profundidad y por aquello que implica ir más allá de lo ordinario. Coincido con ellas en su crítica a las conversaciones triviales, dado que sus temas son repetitivos y aburridos, es por ello que agradezco la creación de esta iniciativa por cambiarlos. 

Conversaciones triviales
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    Por otro lado, pienso que, en ocasiones, ese tipo de conversaciones vacías son necesarias. Con esto me refiero a que, a la hora de conocer a personas nuevas, es casi requerido pasar por esa fase de “conversaciones superficiales”. Ahora bien, seguir con esa temática una vez conocida a la persona denota ignorancia y falta de interés por lo que va más allá de lo que se quiere que veamos en el mundo actual. 

    Tiene razón el autor en que “quizás el plan resulte un poco intenso”, pero parece realmente difícil para ciertas personas salirse de lo ordinario y tratar de escuchar la opinión de sus más cercanos acerca de temas fuera de lo común, como cuestionar la existencia de algún dios o teorías conspiranoicas sobre hechos históricos.

    En conclusión, el vacío de las conversaciones actuales resalta cada vez más en nuestra sociedad, aparentemente tan avanzada e inteligente. Aprovechemos nuestra presencia en esta época tan arremetedora y estemos abiertos a hablar de todo y de nada, del mundo y del espacio, del amor, del odio; de nosotros.