Ángel López Dorado


En las últimas décadas se he popularizado la idea de que el hacer la cama ayuda a los jóvenes a seguir una rutina marcada que mejorará sus hábitos del día a día. En mi opinión, hacer tareas domésticas desde una edad temprana sí que ayuda a los niños a ser más autónomos y, eventualmente, a lograr sus objetivos, corroborando así los beneficios de hacer la cama, como dijo William H. McRaven: »Si quieres cambiar el mundo, comienza por tender tu cama».

Esta idea la corrobora un estudio de la universidad de Michigan, en el cual estudiaron la evolución de la vida y el estado mental de más de doscientos niños. Finalmente llegaron a la conclusión de que aquellos que sí hacían su cama llegaron a tener una vida más estable y eran más organizados y proactivos a lo largo del día.

Además, quisiera también poner como ejemplo de ello a mi prima, una estudiante ejemplar a punto de comenzar a trabajar como psicóloga. Si le preguntas cómo ha conseguido mantener esa constante excelencia en los estudios ella siempre te dirá que es gracias a acostumbrarse a la rutina de trabajo, la cual, desde que tenía cuatro años, parte de hacer la cama y se he ido alargando con el paso de los años. Pero una cosa tiene clara, y es que sin ese primer paso que fue hacer la cama, posiblemente no habría llegado a donde está.

Beneficios de hacer la cama

En suma, creo que el comenzar a hacer la cama (u otras tareas del hogar) no te lleva al éxito, pero sí te abre la puerta hacia un camino por el que definitivamente llegarás a ser una persona capaz de cumplir tus metas.