Bianca Denisa Munteanu
Bianca Denisa Munteanu
2º Bachillerato de Ciencias
Curso 2021/2022

Según la revista Psicología y Mente la frustración se define como el sentimiento que se genera en un individuo cuando no puede satisfacer un deseo planteado. Ante este tipo de situaciones, la persona suele reaccionar a nivel emocional con expresiones de ira, de ansiedad o disforia, principalmente. En este artículo haremos un análisis sobre el papel que desempeña la frustración en la novela La tía Tula de Miguel de Unamuno.

Análisis de la frustración en la novela La tía Tula

En la novela La tía Tula se puede ver en numerosas escenas la huella de la frustración, principalmente en la vida de Gertrudis. Tula es una mujer decidida e inflexible que tiene un carácter férreo y voluntad firme, sin embargo, se debate entre el ardiente anhelo de ser madre y su rechazo a la relación sexual, a pesar de estar enamorada de Ramiro, quien será su cuñado, reflejando así la inevitable auto represión de la protagonista. Tula destaca, entre los demás personajes, por la rigurosidad de su carácter, pero también por ser una persona que vive frustrada, aunque no lo manifieste con expresiones de ira. Todos los demás existen en función de Tula, pues ella marcó los criterios de su vida en la vida de los demás. A continuación, haremos un análisis de la frustración que sentía el personaje principal de la novela La tía Tula

Gertrudis quería ser madre a toda costa y debido a este fuerte deseo choca en varias ocasiones  con Ramiro, el padre de sus sobrinos. Ella no quería casarse con Ramiro, a pesar de que los dos sabían que su corazón latía por ella, pero tampoco quería que se casara con otra, pues le había prometido a su hermana que no le daría madrastra a sus hijos. No obstante, Ramiro no para de insistir y perseguir a Gertrudis, por lo que esta, cansada de no ser comprendida, va a visitar al padre Álvarez, su confesor. En la iglesia, cura y devota mantienen una interesante charla sobre los deseos de esta y su visión respecto a su cuñado. A pesar de que el cura le dice que Ramiro es un hombre y, por tanto, es débil en cuanto a la carne, ella se niega a aceptar complacerle en ese aspecto, pues dice que prefiere “reservarse para mejor consagrarse a los hijos de Rosa”. No obstante, tampoco quiere alejarse de él, puesto que eso supondría separar a sus sobrinos o “a sus hijos”, como ella los suele llamar, de su padre, ya que en más de una ocasión le advirtió a Ramiro que si ella se iba, sus hijos se irían con ella. 

Análisis de la frustración en la novela La tía Tula

 Asimismo, Tula se pregunta, en diversas ocasiones, si no ha caminado por el mundo de puntillas, esquivando la vida real, con sus pasiones y riesgos. Cuando su salud comienza a decaer, exclama que se ha pasado la vida soñando, no amando. Para ella, su hermana, sus sobrinos, su cuñado, sólo han sido objetos que le han permitido realizar su fantasía de una maternidad virginal: “¡Muñecos todos!”. “Si hubiera amado de verdad, se habría arrojado al fango, al albañal, sin miedo a mancharse.” Piensa que no verá el cielo, al menos de forma inmediata, pues su lugar es el Purgatorio, donde expían sus culpas “los que no quisieron lavarse con fango”.  En este fragmento de la novela se puede apreciar muy bien que Gertrudis siente que ha fracasado como persona, pues siente que no ha vivido realmente y se arrepiente de ello.

Otro aspecto muy  influyente en la novela es la sociedad en la que está ambientada esta obra. En esta sociedad vemos cómo era la vida de las mujeres, las normas morales a las que debían someterse, la frustración de aquellas que no encontraban marido y la permanente amenaza del pecado. La mujer estaba siempre condicionada por los hombres, que eran los que elegían, mientras que las solteronas soportaban miradas juiciosas, burlas, comentarios mordaces… Aunque estar casada no significaba tener una vida mejor. Hace poco leí en una noticia que una mujer no se casaba con su marido, sino con su patrón. Las mujeres se casaban con su patrón, y el patrón podía resultar generoso y comprensivo, pero también podía implantar su voluntad sin objeción alguna. Un marido era una lotería. Aquello de «casarse para toda la vida» era una expresión amenazante: para siempre, en lo bueno y en lo malo. Por todo esto, me parece tan curioso, y hasta contradictorio, que Tula huyera de los hombres, mientras que la mayoría de las mujeres de la época estaban desesperadas por encontrar un esposo.

En cuanto a la pureza, Gertrudis es un prototipo de mujer, fruto de la educación católica puritana y estricta de una época severa, que no admite resquicios. 

Su obsesión por esta perfección la llevó en muchas ocasiones a un estado de locura: “Alguna vez la criaturita se vomitó sobre aquella cama, limpia siempre hasta entonces como una patena, y de pronto sintió Gertrudis la punzada de la mancha. Su pasión morbosa por la pureza, del que procedía su culto místico a la limpieza, sufrió entonces, y tuvo que esforzarse para dominarse. Comprendía, sí, que no cabe vivir sin mancharse y que aquella mancha era inocentísima, pero los cimientos de su espíritu se conmovían dolorosamente con ello. Y luego le apretaba a la criaturita contra sus pechos pidiéndole perdón en silencio por aquella tentación de su pureza.”

La pureza

En este fragmento se puede observar el sentimiento de frustración que siente cuando la pequeña Manolita mancha las sábanas blancas. Hasta tal punto llegaba su obsesión por la pureza, que siente malestar por una aspecto que es meramente insignificante, además de natural. Ella lo sabe, es por eso que se apresura a pedir perdón por esos pensamientos malignos, no obstante no puede evitar sentirse de esa manera, corrompida, frustrada por no conseguir mantener todos los aspectos de su vida envueltos en una pulcritud absoluta.

Como ya hemos visto en casos anteriores, la frustración en la novela se debe a que los personajes no pueden alcanzar sus objetivos En comparación con la novela, en la vida actual, pleno siglo XXI, la frustración está presente en todo momento, partiendo del hecho de no conseguir convencer a tus padres de que te dejen ir a un concierto de Ed-Sheeran, hasta caer en una depresión por no ser aceptado por la sociedad.

La frustración

En concreto, en la actualidad, el sentimiento de frustración está muy presente entre los jóvenes, ya que estos están sometidos a mucha presión. Hacer amigos nuevos no es tarea fácil, pues existe ese miedo a ser rechazados o a no encajar en ningún sitio. Es por eso, que muchos jóvenes se sienten frustrados por esta situación. Por no hablar de las altas expectativas que tienen los padres hacia sus hijos y el estrés al que estos están sometidos en la escuela.  Queremos  expedientes brillantes, comportamientos perfectos, hasta la vestimenta tiene que ser impoluta, pero olvidamos que no somos máquinas y que podemos cometer errores. Sacar un 6 en matemáticas no significa que no vayas a poder entrar en la universidad o que no seas una persona inteligente, simplemente, has tenido un mal día. Asimismo, este problema también se da porque los jóvenes, como bien dice mi padre, “estamos acostumbrados a que se nos den las cosas en bandeja”, por lo que cuando una situación se nos complica, sentimos impotencia, coraje y acabamos abandonando nuestra lucha. 

En síntesis, opino que no hay que dejarse vencer por esas emociones negativas, esa frustración y angustia que se cuelan por entre las rendijas de nuestros pensamientos  y nos atormentan por las noches. En cuanto al análisis de la frustración de la novela La tía Tula, Un claro ejemplo de fortaleza es Gertrudis, una mujer, que, a pesar de sus errores, consiguió cumplir sus objetivos, ser madre virginal a la vez que se alejaba de las normas de conducta que debía seguir toda mujer en pleno siglo XX.