Desde mi humilde opinión, cada miembro de la familia debe participar en las tareas domésticas. Creo que desde pequeño, tanto a mi hermano como a mí, mis padres nos han educado de una forma ejemplar para conseguir que haya igualdad en las tareas de casa. Estas tareas se realizan como si fuésemos un equipo de boxes de la Fórmula 1, ya que si alguno falla, «el coche no puede salir a correr», por lo que, debemos aportar todos.
Además, considero que hay que luchar por el feminismo en las tareas de casa. La famosa frase de «el hombre trabaja y la mujer cuida la casa» no sirve en pleno siglo XXI y suena como algo prehistórico. En mi casa tanto mi madre, como mi padre, como mi hermano, como yo madrugamos y tenemos nuestras respectivas jornadas lectivas por lo que, sería injusto que todo el trabajo recaiga sobre una persona. Es por ello que en hogares donde todo el mundo tenga ocupaciones se debería distribuir el trabajo equitativamente. Por el contrario, considero que si alguien no trabaja o no estudia, puede actuar como «amo de casa» indistintamente de si es hombre o mujer, fomentando el feminismo y la igualdad en las tareas de casa.
Por otro lado, la educación doméstica es fundamental para el desarrollo de una persona y ,en consecuencia, creo que es necesaria la participación de los jóvenes en las tareas de casa. Además de desarrollar ciertas destrezas, como lo son la cocina o la limpieza, considero que puede ayudar a afrontar el futuro de una mejor manera. En mi caso, siendo un alumno preuniversitario, el hecho de aprender a «valerme por mí mismo» puede sacarme de algún que otro apuro en los próximos años, por lo que el conjunto «jóvenes y tareas de casa» debería ser un aspecto más común en la actualidad.
En síntesis, creo que es totalmente necesaria la colaboración en las tareas de casa. El hecho de acostumbrarse a ayudar en casa, a aportar nuestro granito de arena y, sobre todo, que todo el mundo esté a gusto en el entorno doméstico es fundamental. Reiterando mi tesis, si cada miembro ayuda en casa, las tareas se hacen más amenas, como bien dice el lema holandés, «la unión hace la fuerza».